21 de noviembre de 2007

Sin palabras


Ecuador 5 - Perú 1

Nos llenaron la canasta. Qué desastre. Qué vergüenza. Deben irse Pizarro, Chemo, Burga, Juvenal. Pero ya. Un verdadero día de miércoles.

20 de noviembre de 2007

¿No les provoca?

Este es uno de los platillos más ricos de la cocina peruana. Tengo hambre, por eso es que me animé a saciar mis ansias de llenar la panza, viendo y posteando esta suculenta foto. Se trata del famosísimo Cabrito a la Norteña: con cabrito, arroz, frijoles y cebollita. Hummm... Qué rico. ¿No les provoca? Buen provecho.

18 de noviembre de 2007

Un loco tenía que ser

Resultado: Perú 1 - Brasil 1. Después de haber visto el partido puedo decir que Perú se salvó de una caída, que, a decir verdad, no iba a ser humillante. Nos salvamos de una derrota porque Brasil solo llegó a poner segunda en su caja de cambios y porque felizmente ese cabezazo de Juan dio en el palo en el minuto final del partido.

Aunque digan que en casa siempre se debe ganar y que ellos tienen dos brazos y dos piernas igual que nosotros, no se puede pecar de ingenuo y no darse cuenta que estábamos frente a la selección más cara del planeta y ante unos tipos que, como a Kaká en el gol que le metió al buen Penny, solo necesitan un par de segundos para fabricar una jugada mortífera.

Bien Penny. Recontra bien el Loco Juan Vargas con su golazo. Bien Salas. Bien Chorri. Bien Acasiete. La blanquirroja jugó con garra ante un gigante. Hizo lo que pudo técnicamente hablando. Igual te quiero, Perú. No decepcionaste. Pero hay que ser claros: Brasil no piso del todo el acelerador. Creo. Mal Pizarro, como siempre. Y ese ahogamiento que sufrió Guerrero a nivel del mar preocupa sobremanera.

¿Ganamos un punto o perdimos dos?

Ecuador, goleado, nos espera.

PD para Vargas:
Qué lindo ser un loco como tú, Juan Manuel. Hablando italiano cada vez mejor y conteniendo la mano para no meterle un lapo al pelao que te sacó tarjeta amarilla por saludar a tu mamá tras el golazo que le metiste a Brasil en el Monumental de donde saliste al fútbol del primer mundo. Qué lindo ser un loco como tú, jodiendo a todos en la selección y metiendo puntazos con destino de red, como ese en el amistoso con Bolivia y el de hoy que Lúcio desvió sin querer queriendo hasta el fondo de su arco. Qué lindo ser un loco como tú, que pones huevos y mejor técnica en la cancha para ganarle cada vez más a Guerrero el honor de ser el alma y el temperamento de la selección peruana. Qué lindo ser un loco como tú, un niño grande que piensa en grande y se mide de igual a igual con los grandes, que encaras, te la juegas, arremetes, sin miedo, sin complejos. Piconazo. Qué lindo ser un loco como tú, al que ni la afeitada que te dio Robinho con su chimpún derecho bajó tus revoluciones. Qué lindo ser un loco como tú. Extrañaré verte por tele en la cancha del Atahualpa de Quito. Por favor, Varguitas, nunca vayas al psicólogo y menos al psiquiatra.

Acá tu golazo a Brasil, Loco


Sé que Brasil es Brasil, pero aquí, Loquito, un recuerdo del golazo que le metiste a Bolivia justo antes de empezar las Eliminatorias Sudáfrica 2010.


Acá cuando metiste tu primer gol con el Catania en el Calcio italiano.


Y, finalmente, cuando marcaste un gol maradoniano con el Colón de Santa Fé de Argentina.


Gracias, Loco.

David vs. Goliat

En estos momentos mi querido Perú está jugando con el poderoso Brasil por la tercera fecha de las Eliminatorias al Mundial de Fútbol Sudáfrica 2010. Sobre el papel, el 'Scratch', pentacampeón del mundo, es el súper favorito con Ronaldinho, Kaká y Robinho en la cancha. Pero en el corazón la confianza es grande en Vargas, Farfán y Guerrero. Y, sí, nuevamente en Pizarro también. ¡Vamos, Perú, carajo!

12 de noviembre de 2007

Mala suerte

Hace una semana pasé por Metro con André, su muñeco del papá de Los Increíbles, su chompa del Hombre Araña y su carro amarillo recontra anatómico con el que va por las calles impulsándose con las piernas y atropellando hormigas. Esa es nuestra rutina de todos los jueves, día en el que descanso del periódico (o que el periódico descanse de mí, no sé), pero esa vez algo más fuerte que yo -llámelo presentimiento si quiere- hizo que me detenga de golpe frente al puesto de La Tinka que está a la entradita nomás del concurrido supermercado de Limatambo.

André se detuvo también, así que no había nada que me impidiera probar suerte, total ganar 1'400.000 soles no es poca cosa. Aunque el dinero no compra la felicidad, si hubiera esa cantidad en mi cuenta de ahorros, definitivamente tendría arreglada buena parte de la vida, la mía y la de mi familia.

Así que me dejé tentar y opté por la oferta de cuatro tinkas por 10 soles. Escogí rápidamente mis cuatro juegos de seis números cada uno, miré al techo de la tienda buscando una ayudita divina y le entregué a la señorita encargada de cambiarme la vida mi humilde billetito de 10 luquitas contantes y no sonantes.

Ni bien mi ocasional ada madrina made in Perú me entregó el ticket con los cuatro juegos de loteria electrónica, André, toda su encantadora e infantil parafernalia y yo emprendimos nuevamente nuestro camino hacia los juegos mecánicos que están en el segundo piso. Carol nos esperaba en casa con la comida, así que había que hacerlo rápido, pero en ese momento en lo único en que yo pensaba era en la cuenta regresiva que terminaría el domingo a las 11 de la noche, cuando den el sorteo por televisión.

Y llegó el domingo y a las 11 de la noche estaba en el taxi rumbo a mi casa después de una agotadora jornada laboral. Así que tuve que resignarme a ver los resultados publicados al día siguiente en el suplemento deportivo de "El Comercio", justamente en el que escribo. Durante la noche ningún sueño me anunció fortuna alguna.

Ya de mañana, en el periódico, miré lentamente cada número impreso en el suplemento deportivo y cada uno de mis juegos. Malas noticias. No coinciden. Ni siquiera se acercan. Nada de nada. La suerte una vez más no me acompañó. Para la próxima será. Mientras tanto seguiré pensando qué voy a hacer con tanta plata.

11 de noviembre de 2007

A principios de los 80

Era verano y, como todas las tardes de verano, el cielo de Lima se había teñido de rojo. Por el recuerdo de ese ocaso cegador estoy casi seguro de que el roche lo debo haber pasado a las 6 p.m. más o menos. En la vieja radiola de la casa de San Borja, aquella de tres cuartos que sirvió de marco para mis días infantiles y adolescentes, sonaba un long play de Menudo y yo, más ochentero que nunca, movía los brazos para arriba y para abajo al ritmo de Claridad, mirando el rojo del cielo, alucinando que estaba en un estadio lleno de gente que moría por mi. Pero el único que me miraba era mi amigo Christian a través de la ventanita de la puerta de la sala. Creo que me miró bailar como Menudo durante toda la canción y solo al final lanzó una risa timidona que me volvió a la realidad.

Entonces debo haber tenido unos diez años y hacía pocos meses que Polonia nos había metido una tanda de 5-1 en el Mundial de España 82. La música de Menudo marcó época y a toda una generación, a mi generación. El programa "El Club de Menudo", que diariamente daban en la tele, nos hacía olvidar la eliminación del Mundial. Qué tiempos aquellos.

El concepto de que solo las niñas morían por ellos era realmente absurdo. La mayoría de niños también escuchábamos a Johnny, Ricky, Miguel, René y Xavier, esos cinco portorriqueños que desataron la locura en toda Latinoamérica. Pero creo que Christian no. Lo suyo era solo jugar pelota y más pelota en la pista. De ahí no pasaba. Yo, que siempre fui malo para el fútbol, fulbito y cualquier otra modalidad deportiva que se juegue con los pies, me atrevía casi todas las tardes a rasparme las piernas en esa pista interminable persiguiendo el balón, pero más me atrevía a bailar como un Menudo sin melena para un estadio invisible. De una cosa estoy seguro: más ridículo hacía en la pista, en los partido con arcos de ladrillo. Me sabía casi todos los pasos de Menudo. En eso nadie me ganaba. ¿Ustedes se acuerdan de esos pasitos laterales y para atrás, de esos movimientos de brazos para arriba y para abajo frente al pecho, de "Súbete a mi moto", "Claridad", "Quiero ser", "Fuego" y tantos otros éxitos?

Si crecieron en los años ochenta y hoy son treintañeros como yo, entonces estos añejos videítos de principios de esa década (perdonen la mala calidad de algunos de ellos) hará que revivan la época más linda de la vida. También hay un par de videos de hace un par de años, cuando Menudo vivió su reencuentro. Creo sinceramente que la música de este grupo jamás se olvidará.

A volar (Estadio de Alianza Lima, 1983)



Rock en la TV (Estadio Nacional de Lima, 1982)



Claridad (en México, 1983)



Súbete a mi moto



Fuego



Dulces besos (videoclip, 1982)



Quiero ser



Mi banda toca rock (Reencuentro, 2005)



A volar (más Reencuentro, 2005)

9 de noviembre de 2007

Señor, en Ti confío


Salmo 25

"Señor, a ti dirijo mi oración; mi Dios, en ti confío" (v.1)

"Señor, muéstrame tus caminos; guíame por tus senderos; guíame, encamíname en tu verdad, pues Tú eres mi Dios y Salvador. ¡En Ti confío a todas horas!" (v. 4-5)

"El Señor es bueno y justo; Él corrige la conducta de los pecadores y guía por su camino a los humildes; los instruye en la justicia. Él siempre procede con amor y fidelidad, con los que cumplen su pacto y sus mandamientos." (v. 8-10)

"Señor, es grande mi maldad; perdóname... ten compasión de mi" (v.11,16)

En el nombre de Jesús, cuya luz se impone a toda oscuridad y a toda cólera, rabia, impotencia y pena. Señor, en Ti confío, como David.

Cólera contenida

Tengo rabia e impotencia, pero no se asusten. No me pregunten el por qué de esta tormenta. No quiero decir la razón de mi cólera porque de solo mencionarlo me da más rabia. ¿A veces la vida es injusta o es que yo no me ubico bien? En fin. Tengo esta espina clavada desde hace un par de meses. Sangro, pero no lo doy a notar. Pero a veces siento que el torrente rojo se va a rebalsar. Todo bien con mi familia, gracias a Dios. Eso no es. Tampoco se trata de mi salud. Pero no crean que esta carga me pesa las 24 horas del día. No. Solo cuando lo recuerdo o cuando me lo recuerda el causante de mi cólera, de mi preocupación y de mi pena. Y al toque me calmo porque en Él confío, en Aquel que siempre me cuidó. Sé que ahora también va a cuidar a los míos (sé que cuidará de mi madre en su delicada operación a la columna). Me enseñaron a no odiar. Y no odio. Sé que Él siempre provee. Solo tengo fe en que hay una justicia divina.

5 de noviembre de 2007

Guerrero: "Pongan huevos"

Letal y contundente. Paolo Guerrero, delantero estrella del Hamburgo y la única, repito, la única esperanza de gol de la selección peruana para los inminentes partidos ante Brasil y Ecuador por las Eliminatorias (claro, si es que la FIFA no nos desafilia antes por culpa de Manuel Burga, el ultrapolémico presidente de la federación), habló fuerte y claro desde el puerto alemán para las cámaras de "Panorama". Diparó sin piedad y sin tapujos, igual que lo hace siempre frente al arco contrario.

Dijo que en la selección hay jugadores que con la blanquirroja no reflejan el nivel que lucen con sus clubes en las principales ligas del mundo, que no ponen huevos en la cancha cuando la franja roja les cruza el pecho. Ufff... qué fuerte. Él, que las pelea todas, tiene autoridad para decirlo. ¿Escuchaste Pizarro? ¿Escucharon todos?

4 de noviembre de 2007

Un regalito para Chávez

Hace un par de días, de pasadita nomás, entré a la tienda Metro del centro de Lima y me detuve, como siempre, frente a los escaparates de libros para leer y releer los títulos y las contracarátulas de aquellos títulos que me llaman la atención. Así, paseando mis ojos por un enjambre de libros de autoayuda, ediciones de García Márquez para bolsillos flacos y una que otra portada de terror de Stephen King, encontré una carátula que me jaló como si fuera un imán y yo, un debilucho y oxidado clavo.

Se trataba del libro titulado "Bolívar, Libertador y Enemigo N°1 del Perú" de Herbert Morote y editado por Jaime Campodónico. No tengo el gusto de conocer personalmente a Morote, pero lo conozco más recientemente por la denuncia de plagio que hizo pública a mediados del año pasado contra Alfredo Bryce Echenique, autor de "Un Mundo para Julius", y más antiguamente por su fama de historiador y ensayista radicado en España, desde donde de vez en cuando manda uno que otro dardo literario-socio-histórico.

Con solo leer ese título quedé petrificado e intrigado, y sentí la automática necesidad de leer lo que había en la contratapa. Y lo que leí generó un sismo de grado 8 en mi imaginario personal de lo que es la historia del Perú o de al menos una parte de ella. Leí que el venezolano Bolívar, luego de derrotar a los realistas españoles, hizo lo que quiso con el Perú. Que no tuvo escrúpulos en desmembrar nuestro territorio, que deportó a Luna Pizarro por ser contrario a sus modales dictatoriales, que metió en prisión al Almirante Guisse, cabeza de la armada. Que menospreciaba e insultaba a los indígenas, que repuso el tributo que los hombres y mujeres del Ande pagaban durante la Colonia. Que restituyó la esclavitud que su contraparte José de San Martín quiso borrar del mapa y que mandó fusilar a todo aquel que se oponía a sus radicales determinaciones.

Confieso que no compré el libro porque, como ya se saben, soy de bolsillo flaco, y, si mal no recuerdo, el sticker con el precio marcaba poco más de 20 soles. Pero, aún sin leer la obra, esos párrafos de la contracarátula fueron suficientes para remecer seriamente la imagen que tenía del ¿buen? Simón.

No pude (h)ojear las páginas por culpa de una odiosa bolsita anti fizgones sin plata. Pero, a la par que devolvía el libro al escaparate, pensaba que esta obra de Morote sería un excelente regalo de Navidad para el gorila que canta rancheras. El mismo que quiere implantar un gobierno socialista en Venezuela y que enarbola el nombre de Bolívar como sinónimo de unificación latinoamericana y de justicia social, pero que cada vez tiene más opositores entre los ciudadanos de a pie en el país del estadounidentísimo béisbol y de las reinas de belleza, que cada vez abre más heridas en los medios de comunicación llaneros y más antipatías en el resto del mundo por sus gestos autoritarios e irrespetuosos y que cada vez genera más envidia insana por culpa de sus petrodólares.

¿Qué diría Hugo Chávez si un día despierta con el libro de Morote al pie de su cama?

2 de noviembre de 2007

Arde Mesa Redonda (otra vez)

Son las 6:45 de la tarde en Lima y desde hace tres horas arde una gigantesca galería comercial ubicada en Mesa Redonda, en el centro de la capital, la misma zona que hace seis años fue escenario de un terrible siniestro que se llevó más de 500 vidas humanas, pese a que los reportes oficiales indicaron un número bastante menor de víctimas. En el siniestro de hoy hasta el momento no se han reportado fallecidos a causa de las llamas, pero sí casos de comerciantes, transeúntes y bomberos con síntomas de asfixia.

El tránsito ha sido cortado en la avenida Abancay, colindante con la zona del incendio, y decenas de unidades de bomberos se encuentran trabajando en la zona. Sedapal, la compañía de agua potable de Lima, ha informado que se está ejerciendo mayor presión del liquido elemento hacia el sitio del incendio para que los bomberos puedan combatir las llamas haciendo uso de sus mangueras.

Varios comerciantes se niegan a salir de la galería afectada, llamada Geraldine, y de las contiguas, especialmente la conocida como Mercado Central, debido a que no quieren abandonar sus mercaderías. La mayoría de televisoras locales transmiten en directo todo lo relacionado con el incendio. Un fiscal provincial que se apersonó a la galería Geraldine ha adelantado que el siniestro se habría originado por un cortocircuito en el sótano del edificio.

Mientras escribo estas líneas a modo de despacho de último minuto, no puedo evitar recordar las imágenes de cientos de cadávares calcinados que enlutaron las fiestas de fin de año del 2001. Todos los limeños, y en general todos los peruanos, todavía no nos recuperamos del trauma de Mesa Redonda, pero lamentablemente aún muchas personas no entienden el valor de la vida y prefieren las mercaderías a su propia existencia. Hace seis años las causas de la muerte fueron los juegos pirotécnicos que reventaron en cadena, hoy la muerte pudo haber venido de juguetes de plástico amontonados sin orden.

La verdad, no puedo entender cómo hace seis años a algunos comerciantes no les importó poner en riesgo su propia vida y la de los suyos, además de las de los transeúntes, al manipular los llamados 'cohetes' en plena vía pública. Y menos puedo entender a esos comerciantes de hoy que en los últimos pisos de las galerías comprometidas prefieren poner a buen recaudo sus mercaderías que alejarse de la zona del siniestro, tal como se aprecia en las imágenes de televisión.

Pero lo más increible es que las autoridades gubernamentales y municipales no aplican mano dura para evitar que estos sitios de hacinamiento comercial sigan siendo trampas mortales. Increíble.

Aquí algunas fotos del dantesco incendio de Mesa Redonda de hace seis años.

Además, aquí un par de videos que muestran la sacrificada y encomiable labor de los bomberos en situaciones dramáticas como la de Mesa Redonda. Esta es la historia, narrada en dos partes, de la tripulación de la máquina 10.01 de la Compañía de Bomberos Salvadora Lima N°10, la primera unidad contraincendios en llegar a la zona del mortífero siniestro de Mesa Redonda del 29 de diciembre del 2001.