Son las 6:45 de la tarde en Lima y desde hace tres horas arde una gigantesca galería comercial ubicada en Mesa Redonda, en el centro de la capital, la misma zona que
hace seis años fue escenario de un terrible siniestro que se llevó más de 500 vidas humanas, pese a que los reportes oficiales indicaron un número bastante menor de víctimas. En el siniestro de hoy hasta el momento no se han reportado fallecidos a causa de las llamas, pero sí casos de comerciantes, transeúntes y bomberos con síntomas de asfixia.
El tránsito ha sido cortado en la avenida Abancay, colindante con la zona del incendio, y decenas de unidades de bomberos se encuentran trabajando en la zona. Sedapal, la compañía de agua potable de Lima, ha informado que se está ejerciendo mayor presión del liquido elemento hacia el sitio del incendio para que los bomberos puedan combatir las llamas haciendo uso de sus mangueras.
Varios comerciantes se niegan a salir de la galería afectada, llamada Geraldine, y de las contiguas, especialmente la conocida como Mercado Central, debido a que no quieren abandonar sus mercaderías. La mayoría de televisoras locales transmiten en directo todo lo relacionado con el incendio. Un fiscal provincial que se apersonó a la galería Geraldine ha adelantado que el siniestro se habría originado por un cortocircuito en el sótano del edificio.
Mientras escribo estas líneas a modo de despacho de último minuto, no puedo evitar recordar las imágenes de cientos de cadávares calcinados que enlutaron las fiestas de fin de año del 2001. Todos los limeños, y en general todos los peruanos, todavía no nos recuperamos del trauma de Mesa Redonda, pero lamentablemente aún muchas personas no entienden el valor de la vida y prefieren las mercaderías a su propia existencia. Hace seis años las causas de la muerte fueron los juegos pirotécnicos que reventaron en cadena, hoy la muerte pudo haber venido de juguetes de plástico amontonados sin orden.
La verdad, no puedo entender cómo hace seis años a algunos comerciantes no les importó poner en riesgo su propia vida y la de los suyos, además de las de los transeúntes, al manipular los llamados 'cohetes' en plena vía pública. Y menos puedo entender a esos comerciantes de hoy que en los últimos pisos de las galerías comprometidas prefieren poner a buen recaudo sus mercaderías que alejarse de la zona del siniestro, tal como se aprecia en las imágenes de televisión.
Pero lo más increible es que las autoridades gubernamentales y municipales no aplican mano dura para evitar que estos sitios de hacinamiento comercial sigan siendo trampas mortales. Increíble.
Aquí algunas fotos del dantesco incendio de Mesa Redonda de hace seis años.




Además, aquí un par de videos que muestran la sacrificada y encomiable labor de los bomberos en situaciones dramáticas como la de Mesa Redonda. Esta es la historia, narrada en dos partes, de la tripulación de la máquina 10.01 de la Compañía de Bomberos Salvadora Lima N°10, la primera unidad contraincendios en llegar a la zona del mortífero siniestro de Mesa Redonda del 29 de diciembre del 2001.