12 de noviembre de 2007

Mala suerte

Hace una semana pasé por Metro con André, su muñeco del papá de Los Increíbles, su chompa del Hombre Araña y su carro amarillo recontra anatómico con el que va por las calles impulsándose con las piernas y atropellando hormigas. Esa es nuestra rutina de todos los jueves, día en el que descanso del periódico (o que el periódico descanse de mí, no sé), pero esa vez algo más fuerte que yo -llámelo presentimiento si quiere- hizo que me detenga de golpe frente al puesto de La Tinka que está a la entradita nomás del concurrido supermercado de Limatambo.

André se detuvo también, así que no había nada que me impidiera probar suerte, total ganar 1'400.000 soles no es poca cosa. Aunque el dinero no compra la felicidad, si hubiera esa cantidad en mi cuenta de ahorros, definitivamente tendría arreglada buena parte de la vida, la mía y la de mi familia.

Así que me dejé tentar y opté por la oferta de cuatro tinkas por 10 soles. Escogí rápidamente mis cuatro juegos de seis números cada uno, miré al techo de la tienda buscando una ayudita divina y le entregué a la señorita encargada de cambiarme la vida mi humilde billetito de 10 luquitas contantes y no sonantes.

Ni bien mi ocasional ada madrina made in Perú me entregó el ticket con los cuatro juegos de loteria electrónica, André, toda su encantadora e infantil parafernalia y yo emprendimos nuevamente nuestro camino hacia los juegos mecánicos que están en el segundo piso. Carol nos esperaba en casa con la comida, así que había que hacerlo rápido, pero en ese momento en lo único en que yo pensaba era en la cuenta regresiva que terminaría el domingo a las 11 de la noche, cuando den el sorteo por televisión.

Y llegó el domingo y a las 11 de la noche estaba en el taxi rumbo a mi casa después de una agotadora jornada laboral. Así que tuve que resignarme a ver los resultados publicados al día siguiente en el suplemento deportivo de "El Comercio", justamente en el que escribo. Durante la noche ningún sueño me anunció fortuna alguna.

Ya de mañana, en el periódico, miré lentamente cada número impreso en el suplemento deportivo y cada uno de mis juegos. Malas noticias. No coinciden. Ni siquiera se acercan. Nada de nada. La suerte una vez más no me acompañó. Para la próxima será. Mientras tanto seguiré pensando qué voy a hacer con tanta plata.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hey primo..... mala suerte seria "no contar con esa familia tan bonita que Dios generosamente te dio" y la mia ubiera sido no haber contado con esa familia que generosamente me acogio mas de una vez, cuando fui ufff hace años una niña pequeña y llorona, que solo tu mamá fue capaz de soportar jaja entre todas mis tias digo.....

Luis Silva Nole dijo...

Oye prima, gracias por tus palabras. Tu familia también es hermosa y tu papá y tu mamá los cuidan a todos desde el cielo. Y tú eres también parte de mi familia. No lo olvides. Gracias por leerme. Un beso.